1- ¿Qué
ideales caracterizan a la Ilustración? ¿Cómo
se concretan estos ideales en el campo de la política, la religión
y la ética? Lee el texto y saca tus conclusiones.
La
Ilustración consiste en el hecho por el que el hombre sale de la
minoría de edad de la que él mismo es culpable. La minoría
de edad estriba en la incapacidad de servirse del propio entendimiento
sin la dirección de otro. Uno mismo es culpable de esa minoría
de edad cuando la causa de ella no está en defecto de entendimiento,
sino en la falta de decisión y ánimo para servirse con independencia
de él [...]. «Sapere aude», ¡ten el valor
de servirte de tu propia inteligencia! He ahí la divisa de la Luces.
La mayoría de los hombres a pesar de que la naturaleza les haya
librado de conducción ajena, permanecen con gusto bajo ella a lo
largo de la vida, debido a pereza y cobardía. Por eso les es muy
fácil a los otros erigirse en tutores [...]. Pero, en cambio, es
posible que el público se ilustre a sí mismo, siempre que
se le deje en libertad; incluso casi es inevitable; en efecto, siempre
se encontrarán algunos hombres que piensen por sí mismos,
hasta entre los tutores instituidos por la confusa masa. Ellos, después
de haber rechazado el yugo de la minoría de edad, ensancharán
el espíritu de una estimación racional del propio valor
y de la vocación que todo hombre tiene: la de pensar por sí
mismo. (KANT:
"¿Qué es la Ilustración?")
2- Expón
la idea principal del siguiente texto de Rüdiger Safranski.
«La
fe en la universalidad de la razón constituye el núcleo
de la argumentación kantiana. La razón es el órgano
con cuya ayuda el individuo puede entenderse como miembro no solo de un
pueblo y Estado, sino también de la humanidad en su conjunto. La
razón supera las fronteras; el individuo, que estima su razón
y la escucha, con ello descubre y estima a la vez a la humanidad en él.
La "humanidad" no sólo es una magnitud estadística,
sino que se da en primera persona del singular. Para la razón la
vida individualizada, con sus intereses limitados de autoconservación
y su aspiración a la felicidad, es algo contingente y casual. ¿Por
qué los límites del propio yo o de la comunidad, a la que
pertenecemos por la casualidad del nacimiento, habrían de ponerse
por encima de los intereses de la humanidad, puesto que esta "humanidad"
no es algo abstracto, sino un principio personal? Se encarna en el individuo
y, sin embargo, es tan amplia como el mundo. La razón convierte
al hombre en ciudadano del mundo, es el camino directo del yo al nosotros.
A la luz de la razón se disuelve el mundo -potencialmente enemigo-
de los otros. Con la salida del hombre de su "culpable minoría
de edad", puede empezar la época del gran compromiso».
(R. Safranski,
El mal o el drama de la libertad, pág. 123)
3- ¿Cuáles
de los siguientes rasgos te parecen propios del "ilustrado ideal"?
4- Señala
los rasgos en los que concuerda y en los que discrepa del "ilustrado
ideal" Jean Jacques ROUSSEAU.
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5- «El
idealismo consiste en la afirmación de que no hay otros seres que
los seres pensantes; las otras cosas que nosotros creemos percibir en
la intuición serían sólo representaciones en los
seres pensantes, a las que no correspondería, de hecho, ningún
objeto existente fuera de ellos. En cambio, yo digo: nos son dadas cosas
como objetos de nuestros sentidos y existentes fuera de nosotros, pero
no sabemos nada de lo que puedan ser en ellas mismas; nosotros no conocemos
más que los fenómenos, es decir, las representaciones que
producen en nosotros al afectar nuestros sentidos. Según esto,
confieso entonces que hay cuerpos fuera de nosotros, es decir, cosas que,
aunque nos es enteramente desconocido lo que puedan ser en ellas mismas,
las conocemos a través de las representaciones que nos proporcionan
su acción sobre nuestra sensibilidad, y a las que damos la denominación
de cuerpos, palabra que significa, entonces, simplemente el fenómeno
de este objeto que nos es desconocido pero que no por ello es menos real.
¿Se puede llamar a esto idealismo? Más bien es exactamente
lo contrario. [...] De hecho, si consideramos, como es justo, los objetos
de los sentidos como simples fenómenos, confesamos así mismo,
con esto, que tienen como fundamento una cosa en sí (nóumeno),
aunque no conozcamos como es en ella misma, sino sólo su fenómeno,
es decir, el modo en que nuestros sentidos son afectados por este algo
desconocido». ("Prolegómenos a toda metafísica
futura")
- - ¿En
qué sentido Kant rechaza la denominación de idealismo
para su sistema filosófico?
- ¿De qué autor o autores racionalistas trata de distanciarse?
- ¿Qué es lo que podemos conocer y qué no?
- ¿Qué entiende en el texto por "cuerpos"?
- ¿A qué llama fenómeno y a qué nóumeno?
- ¿Por qué llama Kant a este giro en la relación
sujeto-objeto "revolución copernicana"?
6- Relaciona la
postura de racionalistas, empiristas y Kant con lo que se dice en el texto.
«Las
ciencias han sido tratadas o por los empíricos o por los dogmáticos.
Los empíricos, semejantes a las hormigas, sólo saben recoger
y gastar; los racionalistas, semejantes a las arañas, forman telas
que sacan de sí mismos; el procedimiento de la abeja ocupa el término
medio entre los dos; la abeja recoge sus materiales en las flores de los
jardines y los campos, pero los transforma y los destila por una virtud
que le es propia. Ésta es la imagen del verdadero trabajo en la
filosofía, que no se fía exclusivamente de las fuerzas de
la humana inteligencia y ni siquiera hace de ella su principal apoyo;
que no se contenta tampoco con depositar en la memoria, sin cambiarlos,
los materiales recogidos en la historia natural y en las artes mecánicas,
sino que los lleva hasta la inteligencia modificados y transformados.
Por esto debe esperarse de una alianza íntima y sagrada de esas
dos facultades experimental y racional, alianza que aún no se ha
verificado».
(Francis Bacon, Novum Organum, L. I: 1º, 3º, 95)
7- Expón
la tesis del texto y relaciónala con la postura que has atribuido
a Kant en el ejercicio anterior.
«No
ofrece ninguna duda que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia.
[...] Según el tiempo, pues, ningún conocimiento precede
en nosotros a la experiencia y con ella comienzan todos nuestros conocimientos.
Pero si bien todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia,
esto no prueba que se derive todo él de la experiencia,
pues podría ser que nuestro conocimiento por experiencia fuera
un compuesto de lo que recibimos de las impresiones sensibles y de lo
que nuestra propia facultad de conocer (simplemente excitada por las impresiones
sensibles) proporciona por sí misma, sin que distingamos este añadido
de aquella materia primera hasta que un largo ejercicio nos haya hecho
prestarle atención y nos haya enseñado a separar ambas cosas».
("Crítica
de la Razón Pura")
8- «Nuestro
conocimiento surge básicamente de dos fuentes del psiquismo: la
primera es la facultad de recibir representaciones (receptividad de las
impresiones); la segunda es la facultad de conocer un objeto a través
de tales representaciones (espontaneidad de los conceptos). A través
de la primera se nos da un objeto; a través de la segunda lo pensamos
en relación con la representación (como simple determinación
del psiquismo). La intuición y los conceptos constituyen, pues,
los elementos de todo nuestro conocimiento, de modo que ni los conceptos
pueden suministrar conocimiento prescindiendo de una intuición
que les corresponda de alguna forma, ni tampoco puede hacerlo la intuición
sin conceptos». (Op. cit.)
9- «Así,
pues, la razón pura, que parecía ofrecernos inicialmente
nada menos que ampliar nuestros conocimientos más allá de
todos los límites de la experiencia, no contiene otra cosa, cuando
la entendemos correctamente, que principios reguladores. Es cierto que
éstos imponen una unidad mayor de la que se halla al alcance del
uso empírico del entendimiento. Pero, precisamente por situar tan
lejos el objetivo al que ese mismo entendimiento tiene que aproximarse,
gracias a la unidad sistemática, a su máximo grado de coherencia
interna. Por el contrario, si, en virtud de una ilusión que no
por brillante es menos engañosa, se entienden erróneamente
y se los toma por principios constitutivos de conocimientos trascendentes,
ocasionan persuasión y saber imaginario, y, con ello, contradicciones
y disputas inacabables». (Op. cit.)
- ¿Cuál
es la función de la razón, es decir, qué uso legítimo
podemos dar a los conceptos puros de la razón o Ideas trascendentales
(Dios, Alma, Mundo) y qué uso sería ilegítimo?
10- «La
buena voluntad no es buena por lo que efectúe o realice, no es
buena por su adecuación para alcanzar algún fin que nos
hayamos propuesto; es buena sólo por el querer, es decir, es buena
en sí misma. Considerada por sí misma, es, sin comparación,
muchísimo más valiosa que todo lo que por medio de ella
pudiéramos verificar en provecho o gracia de alguna inclinación
y, si se quiere, de la suma de todas las inclinaciones. Aun cuando, por
particulares enconos del azar o por la mezquindad de una naturaleza madrastra,
le faltase por completo a esa voluntad la facultad de sacar adelante su
propósito; si, a pesar de sus mayores esfuerzos, no pudiera llevar
a cabo nada y sólo quedase la buena voluntad -no desde luego como
un mero deseo, sino como el acopio de todos los medios que están
en nuestro poder-, sería esa buena voluntad como una joya brillante
por sí misma, como algo que en sí mismo posee su pleno valor.
La utilidad o la esterilidad no pueden ni añadir ni quitar nada
a ese valor». ("Fundamentación de la metafísica
de las costumbres")
- Resume
en una frase el contenido del texto. ¿Estás de acuerdo?
11- «Conservar
cada cual su vida es un deber, y además todos tenemos una inmediata
inclinación a hacerlo así. Mas, por eso mismo, el cuidado
angustioso que la mayor parte de los hombres pone en ello no tiene un
valor interior, y la máxima que rige ese cuidado carece de un contenido
moral. Conservan su vida conforme al deber, sí; pero no por deber.
En cambio, cuando las adversidades y una pena sin consuelo han arrebatado
a un hombre todo el gusto por la vida, si este infeliz, con ánimo
entero y sintiendo más indignación que apocamiento o desaliento,
y aun deseando la muerte, conserva su vida, sin amarla, sólo por
deber y no por inclinación o miedo, entonces su máxima sí
tiene un contenido moral». ("Fundamentación
de la metafísica de las costumbres")
- Da
título al texto y justifícalo.
12- «Para
saber lo que he de hacer para que mi querer sea moralmente bueno, no necesito
ir ha buscar muy lejos una penetración especial. Inexperto en lo
que se refiere al curso del mundo; incapaz de estar preparado para los
sucesos todos que en él ocurren, básteme preguntar: ¿puedes
querer que tu máxima se convierta en ley universal? Si no, es una
máxima reprobable, y no por algún perjuicio que pueda ocasionarte
a ti o a algún otro, sino porque no puede convenir, como principio,
en una legislación universal posible; la razón, empero,
me impone respeto inmediato por esta universal legislación».
(Op. cit.)
- ¿Cuál
es la fórmula del imperativo categórico o ley moral universal?
¿Se trata de una ley material o formal, indica qué debemos
hacer o qué no o tan solo por qué o cómo debemos
hacerlo?
- Imagina
que te haces la pregunta siguiente: ¿me es lícito,
cuando me hallo apurado, hacer una promesa con el propósito de
no cumplirla? Contéstala y justifica la respuesta a la luz del
imperativo formulado por Kant.
- ¿En
qué sentido el ideal ilustrado de autonomía queda plasmado
en la ética kantiana?
13- Otra
formulación del imperativo categórico es:
«Considera siempre la Humanidad, en nosotros y en los demás,
como un fin, y nunca como un medio». ¿Por qué
sólo a los hombres y no también a los gatos o a los caballos?
14- «Éstos
[los postulados de la razón pura práctica] se derivan
todos del principio fundamental de la moralidad, el cual no es un postulado
sino una ley por la que la razón determina inmediatamente a la
voluntad. La voluntad, precisamente por estar así determinada,
como voluntad pura, exige estas condiciones necesarias a la observancia
de sus preceptos. Estos postulados no son dogmas teóricos, sino
hipótesis necesarias desde una perspectiva práctica. Por
tanto no ensanchan el conocimiento especulativo, pero dan realidad objetiva
a las ideas de la razón especulativa en general (por medio de su
relación con lo práctico) y las justifican como conceptos
cuya posibilidad no podría ni siquiera pretender afirmar sin ello.
(...) Pero ¿es nuestro conocimiento de este modo realmente ampliado
por la razón pura práctica, y lo que era trascendente para
la razón especulativa, es inmanente para la razón práctica?
Sin duda, pero sólo en sentido práctico. Pues nosotros
no conocemos por ello ni la naturaleza de nuestra alma, ni el mundo inteligible,
ni el ser supremo, según lo que ellos sean en sí mismo».
("Crítica de la Razón Pura")
- ¿La
afirmación de estos tres postulados significa que la metafísica
es posible como ciencia?
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15- «Para
el movimiento romántico los valores éticos, políticos,
estéticos, no son algo objetivamente dado, no son estrellas fijas
de un firmamento platónico, eterno, inmutable, que los hombres
sólo pueden descubrir utilizando el método adecuado. Los
valores los engendra el yo humano creador. El hombre es, sobre todo, una
criatura dotada no sólo de razón sino de voluntad. La voluntad
es la función creadora del hombre. Los valores no se descubren,
se crean; no se hallan sino que se elaboran mediante un acto de voluntad
creadora e imaginativa, como obras de arte.
¿La voluntad de quién, la imaginación de quién
las crea? Fichte habla del yo, el ego; lo identifica como norma con un
espíritu-mundo trascendente, infinito, del que el individuo humano
es una mera expresión mortal espaciotemporal, un centro finito
que toma su realidad del espíritu, con el que pretende alcanzar
una unión perfecta. Otros identificaron este yo con alguna otra
fuerza o espíritu suprapersonal, la nación, el yo verdadero
del que el individuo es sólo un elemento; o también el pueblo
o el Estado (Hegel); o se identifica con una cultura o algún otro
movimiento, fuerza o grupo igualmente intangible. Se sostiene que esta
fuente un tanto misteriosa engendra y transforma valores a los que yo
estoy obligado a someterme pues, en la medida en que soy, en lo mejor
y más auténtico de mí, un agente de Dios, o de la
historia, o del progreso, o de la nación, los identifico como propios.
Si estos valores no son increados, sino que los generan mi cultura o mi
nación o mi clase, serán distintos de los valores que genere
tu cultura, tu nación, tu clase; no son universales y pueden chocar
entre sí. Algunos filósofos, entre ellos Hegel, aceptaran
el conflicto como inevitable, pero creerán, a la vez, que es una
etapa temporal en el camino hacia la autorrealización plena de
la humanidad.
Fue Immanuel Kant quien con su filosofía moral alzó la tapa
de esta caja de Pandora que liberó tendencias que él fue
uno de los primeros en rechazar y condenar. La enorme importancia que
otorga a la autonomía moral humana frente a su heteronomía
física, a la capacidad para entregarse libremente a la consecución
de fines elegidos de modo racional, abrió las puertas a la reacción
del romanticismo alemán contra la ilustración francesa».
(Adaptado de Isaia Berlin: "El fuste torcido de la humanidad")
- Tomando
como base el texto de I. Berlin, intenta completar la siguiente tabla
donde se oponen características propias de la Ilustración
y del Romanticismo.
16- La aspiración
romántica a lo absoluto esta representada en el terreno filosófico
por el idealismo alemán (Fichte
1762-1814, Schelling 1775-1854, HEGEL
1770-1831). Parten de lo absoluto (lo incondicionado kantiano). Este absoluto
es de índole espiritual (pensamiento, razón, acción,
espíritu) y se manifiesta en el tiempo y en el espacio, dando lugar
al mundo, a la historia, al hombre y a los productos de la humanidad.
Esta manifestación es dialéctica; la realidad evoluciona
mediante conflictos (tesis - antítesis) que son superados (síntesis).
Si etimológicamente el idealismo se define como aquella concepción
que asigna a las ideas, y con ello al espíritu, una posición
dominante en el conjunto de la realidad (el ser, en última instancia,
está determinado desde las ideas, desde el espíritu), ¿cuáles
serán las diferencias que le separan del realismo? ¿Y del
materialismo?
17-
La filosofía de G. W. F. HEGEL, al igual que la de Spinoza,
es una filosofía de la inmanencia absoluta. La realidad profunda
de las cosas, la esencia de la realidad es la Razón: «Todo
lo que es racional es real, todo lo que es real es racional».
No es extraño, por tanto, que se considere a Hegel como el filósofo
idealista por excelencia, porque, para él, el ser o lo real, en
el fondo, no es una cosa en sí inaccesible (Kant), sino Idea,
Espíritu. Igual que los actos y pensamientos de un individuo
no se comprenden aisladamente, sino que han de ser remitidos a un "fondo
común" (su espíritu), así todos los fenómenos
históricos no han de ser estudiados independientemente, sino que
han de ser vistos como expresiones de una realidad común: la Razón,
Idea o Espíritu Universal (en lenguaje religioso, "Dios").
A diferencia de Spinoza, esta realidad profunda (el Espíritu) no
es igual en todo tiempo, sino que cambia y progresa; es ante todo historia:
«La historia universal no es más que la manifestación
de la razón». Esta historia no carece de sentido ni dirección,
es un progreso. El devenir de los acontecimientos describe la historia
del espíritu universal en su desarrollo, que se realiza por etapas
sucesivas. Solamente al final de este desarrollo histórico, llega
el espíritu a la plena posesión y a la plena conciencia
de sí mismo. Si Spinoza identificaba a Dios con la Naturaleza,
Hegel lo identifica con la Historia: Dios se realiza progresivamente en
la sucesión de los acontecimientos. La historia es, pues, una odisea
del espíritu universal (de Dios o de la Razón Absoluta).
El Espíritu sale de sí mismo y se enajena en la Naturaleza,
que es, por tanto, Espíritu alienado, fuera de sí, inconsciente.
Si atendemos al desarrollo de la historia, podemos ver como este Espíritu,
antes adormecido, disimulado y como extraño a sí mismo,
"alienado" en el universo, va presentándose más
y más claramente como orden, como libertad, como conciencia. Este
progreso del Espíritu se revela a través de la historia
de los hombres: a través del hombre, la Naturaleza se hace
consciente, el Espíritu se reconquista a sí mismo. Cada
época, cada pueblo, cada civilización tiene por misión
realizar una etapa de este progreso del Espíritu. Finalmente, el
Espíritu se descubre más claramente a sí mismo en
la conciencia artística y en la conciencia religiosa,
para captarse al fin en la filosofía como saber absoluto.
La filosofía es así el saber de todos los otros saberes,
es la ciencia suprema en la que el Espíritu toma progresivamente
plena conciencia de sí mismo (la historia de la filosofía
describe este camino progresivo).
Todo este progreso racional que configura la realidad es concebido por
Hegel como un progreso dialéctico. En él,
la contradicción no es ya, como en la lógica clásica,
algo a evitar a toda costa; por el contrario, la contradicción
es el motor de la historia y, al mismo tiempo, el motor del pensamiento.
En todo proceso se da una tensión de fuerzas antagónicas;
fruto de este conflicto se avanza hacia un nuevo proceso en el que las
anteriores fuerzas en lucha resultan reconciliadas en una unidad que,
a su vez, genera una nueva tensión. El movimiento dialéctico
camina así por contradicciones que son superadas. A toda afirmación
(tesis) le sigue su negación (antítesis), siendo
esta contradicción superada en un tercer momento, que es la negación
de la negación (síntesis). Este tercer momento supone
un paso adelante en el que los dos momentos anteriores son conservados,
pero ya superada su contradicción, reconciliados.
Un famoso ejemplo de este movimiento, que influirá poderosamente
en K. Marx, es la dialéctica del amo y el esclavo, extraído
de la "Fenomenología del Espíritu". Dos
hombres luchan el uno contra el otro. Uno de ellos está lleno de
valor y acepta arriesgar su vida en el combate, mostrando con ello que
es un hombre libre. El otro, que prefiere la vida a la libertad, se somete.
El vencedor conserva la vida de su prisionero como testimonio de su victoria.
Así nace el esclavo. El amo obliga al esclavo a trabajar,
mientras que él goza de los placeres de la vida. Se protege de
los rigores del mundo interponiendo entre él y el mundo a su esclavo.
El amo, cuya superioridad se lee en la mirada sumisa del esclavo, es libre,
mientras que el siervo se ve despojado de los frutos de su trabajo y reducido
a una sumisión absoluta.
Sin embargo, esta situación se invierte dialécticamente,
puesto que la posición del amo oculta una contradicción
interna: el amo no es amo más que por la existencia del esclavo,
que condiciona la suya. El amo no es amo más que porque es reconocido
como tal por la conciencia del esclavo, pero este reconocimiento carece
de valor, pues no procede de un hombre libre. Además el amo vive
del trabajo de su esclavo; es, en cierto modo, esclavo de su esclavo.
Interponiendo a éste entre él y el mundo, pierde contacto
con la realidad. Por su parte, el esclavo encuentra una nueva forma de
libertad a través del trabajo. Éste le lleva a desarrollar
su conciencia personal y a vencer a la naturaleza. Transformado por las
penalidades y por su trabajo mismo, el esclavo enseña a su amo
la verdadera libertad, que es el dominio de sí mismo. Así
la libertad estoica se presenta a Hegel como la reconciliación
del señorío y la servidumbre.
El valor del trabajo para la realización de la esencia humana,
la alienación que sufre el siervo (al que se le arrebatan
los frutos de su trabajo) y el proceso dialéctico de la
historia constituirán temas fundamentales en la obra de Karl Marx.
Otras ideas influyentes en la filosofía posterior serán:
los procesos evolutivos como constituyentes de la realidad (evolucionismo);
importancia de la visión histórica para la comprensión
de los acontecimientos (historicismo); una cierta divinización
de la Historia, ya que el sentido de la existencia no es externo al mundo
en el que vive el hombre, sino que es éste mismo quien lo construye
(proceso de secularización); todo Estado es expresión
del espíritu de un pueblo (nacionalismo); el individuo sólo
cobra sentido como miembro de un Estado (prioridad del Estado sobre
el individuo, de la totalidad sobre las partes).
18- «La única idea que aporta
la filosofía es la simple idea de la Razón -la idea de que
la Razón gobierna el mundo y que, en consecuencia, la historia
universal se desarrolla también racionalmente-. (...) La Razón
-y aquí podemos atenernos a este término sin detenernos
a insistir en su relación con Dios- es sustancia, potencia infinita,
materia infinita de toda vida natural o espiritual; y también forma
infinita, la realización de su propio contenido. La Razón
es la sustancia, es decir, aquello por lo cual y en lo cual toda realidad
encuentra su ser y su consistencia. (...) Ella se nutre de sí misma,
y es ella misma el material que elabora. Ella es su propio supuesto, y
su fin es el fin absoluto. Y por lo mismo, ella realiza de por sí
su finalidad y la hace pasar del interior al exterior no solamente en
el universo natural, sino también en el universo espiritual -en
la historia universal-. La Idea es lo verdadero, lo eterno, la potencia
absoluta. La Idea se manifiesta en el mundo y nada se manifiesta en éste
que no sea ella, su majestad y su magnificencia». (HEGEL,
"Lecciones sobre filosofía de la historia")
19- «Sólo
en el Estado tiene el hombre una existencia conforme a la Razón.
El fin de la educación es que el individuo deje de ser algo puramente
subjetivo y que se objetive en el Estado. El individuo puede ciertamente
utilizar al Estado como un medio para lograr esto o aquello. Mas la verdad
exige que cada uno quiera la cosa misma y que elimine lo que no es esencial.
Todo lo que el hombre es, lo debe al Estado: es en éste donde reside
su ser. Todo su valor, toda su realidad espiritual, no los tiene sino
por el Estado. Lo que constituye la realidad espiritual del hombre es
el hecho de que la Razón, su ser mismo, deviene un objeto para
él en tanto que sujeto cognoscente y se presenta a él como
una objetividad inmediatamente existente. Sólo así es el
hombre conciencia, sólo así participa de las costumbres,
de las leyes, de la vida ética y estatal. Porque la verdad está
en la unidad de la voluntad subjetiva y de la voluntad general: en el
Estado, lo Universal se expresa en las leyes, en las determinaciones racionales
y universales». (Op. cit.)
- Expón
brevemente la idea principal de estos dos textos y realciona ambas tesis.
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