KARL
MARX (Tréveris, 1818-1883)
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1- Marx
llegó a la conclusión de que la historia de la sociedad
es la historia del hombre que procura el dominio de sí mismo y
del mundo exterior por medio de su trabajo creador. Esta actividad se
encarna en las luchas de clases opuestas, una de las cuales ha de emerger
triunfante, si bien en una forma muy modificada: el progreso está
constituido por la sucesión de victorias de una clase sobre la
otra. Éstas, a largo plazo, señalan el avance de la razón.
Sólo es racional aquel hombre que se identifique con la clase progresiva,
esto es, la que está en ascenso, de su sociedad (...).
2- «A cierta persona se le ocurrió una vez que la gente se ahogaba en el agua porque la obsesionaba la noción de peso. Pensaba que si sólo pudieran librarse de esta idea, calificándola, por ejemplo, de supersticiosa o religiosa, se salvarían de todo peligro de ahogarse. Toda su vida luchó contra la ilusión del peso, respecto de cuyas mortíferas consecuencias las estadísticas le proporcionaban continuamente nuevas pruebas. Tal figura es el arquetipo de los filósofos revolucionarios alemanes de nuestros días». (Marx: La ideología alemana)
3- «En
la producción social que realizan de su vida, los hombres entran
en definidas relaciones que son, a la vez, indispensables e independientes
de su voluntad; estas relaciones de producción corresponden
a un estadio definido del desarrollo de sus poderes materiales de producción.
La totalidad de tales relaciones de producción equivale a la estructura
económica de la sociedad, el fundamento real sobre el cual
se alzan las superestructuras legales y políticas, y al
cual corresponden formas definidas de conciencia social. El modo de
producción de las condiciones materiales de vida determina
el carácter general de los procesos de la vida social, política
y espiritual. No es la conciencia de los hombres lo que determina su propio
ser, sino que, por el contrario, el ser social de los hombres es lo que
determina la conciencia de éstos. En cierto estadio de su
desarrollo, las fuerzas materiales de producción entran
en conflicto, en la sociedad, con las relaciones existentes de producción,
o -lo que no es sino una manera legal de decir lo mismo- con las relaciones
de propiedad dentro de las cuales han operado antes. Estas relaciones,
que habían sido formas de desarrollo de las fuerzas productivas,
se convierten en las cadenas de los hombres. Sobreviene luego la época
de la revolución social. Con el cambio de los cimientos económicos,
toda la entera e inmensa superestructura queda tarde o temprano enteramente
transformada. Pero al considerar semejantes transformaciones, ha de hacerse
siempre la distinción entre la transformación material de
las condiciones económicas de producción -que pueden determinarse
con la precisión de las ciencias naturales- y las formas legales,
políticas, religiosas, estéticas o filosóficas -en
una palabra, las formas ideológicas-, en las cuales los
hombres cobran conciencia del conflicto y lo suprimen.
4- Coloca los siguientes términos en su lugar adecuado: fuerzas productivas, clase dominante, relaciones de producción, determinada, propiedad, económica, superestructura, dominación, estructura económica, medios de producción, ideologías. La estructura económica constituye la base material o real que determina las distintas formas de la . En esa base hallamos, por un lado, las , que fundamentalmente son relaciones de . Estas relaciones dependen de quien detente la propiedad de los y dan lugar a la dominación de unos hombres sobre otros. Por otro lado se encuentran las , que abarcan el trabajo o fuerza de trabajo y los medios de producción, es decir, la técnica y los sistemas de producción. Toda la estructura social, incluidas la estructura política y jurídica, depende de esta . Lo mismo ocurre con las distintas formas de conciencia o (religiosas, filosóficas, políticas, morales, etc.). Así, por ejemplo, la ideología (filosófica, religiosa...) dominante en una determinada época histórica viene determinada por su estructura económica y, por lo tanto, es la manifestación de una determinada situación de . La ideología es, entonces, ideología de la y con ella se trata de preservar esa dominación. Estos elementos superestructurales pueden "influir" en el devenir histórico introduciendo cambios o reformas en las condiciones económicas, pero su formación viene por dichas condiciones económicas. Ya que toda ideología es fruto de la clase dominante y responde a sus intereses, cualquier análisis histórico o ideológico debe mostrar la raíz de su objeto de estudio. 5- «La realidad es, por lo tanto, ésta: unos individuos determinados (en unas relaciones de producción determinadas) que producen de una manera determinada, contraen determinadas relaciones sociales y políticas. La observación empírica (que se atiene principalmente a los hechos reales) debe mostrar en cada caso, sin "mistificación" y sin especulación, el nexo de la estructura social y política con la producción. La organización social y el Estado se derivan siempre de la actividad vital de determinados individuos [...]». (La ideología alemana)
6- Sitúa las siguientes expresiones en su lugar correspondiente: comunista, dialéctico, medios de producción, lucha de clases, fuerzas productivas, relaciones de producción. El materialismo histórico afirma que el factor determinante de la historia está constituido por relación entre las y las relaciones de producción. Y ya que este materialismo es , el motor de la historia será la contradicción entre las y las relaciones de producción, o lo que es lo mismo, la lucha de clases. A lo largo de la historia de la humanidad el progreso en las fuerzas productivas se ve frenado por las relaciones de producción. La creación de nuevas técnicas y sistemas de producción exigen nuevas formas de , es decir, de propiedad. Evidentemente las clases dominantes, cuyo dominio se asienta en poseer la propiedad de los (de subsistencia), no están por alterar esas relaciones de propiedad. De aquí nace una contradicción que da lugar a la y que hace avanzar a la historia. Desde el colectivismo prehistórico, pasando por el esclavismo, el feudalismo y el capitalismo, la historia está atravesada por esos antagonismos de clase. Sólo la sociedad puede poner fin a estos antagonismos, a esta dominación de unos hombres sobre otros. He aquí el sentido de la historia: la instauración de una sociedad donde quedan suprimidas todas las oposiciones (hombre-naturaleza, individuo-sociedad, lucha de clases). 7- «Hemos
visto, pues, que los medios de producción y de cambio, sobre cuya
base se ha formado la burguesía, fueron creados en la sociedad
feudal. Al alcanzar un cierto grado de desarrollo estos medios de producción
y de cambio, las condiciones en las que la sociedad feudal producía
y cambiaba, la organización feudal de la agricultura y la industria
manufacturera, en una palabra, las relaciones feudales de propiedad, cesaron
de corresponder a las fuerzas productivas ya desarrolladas. Frenaban la
producción en lugar de impulsarla. Se transformaron en otras tantas
trabas. Era preciso romper esas trabas, y las rompieron.
8- El punto de partida del análisis económico marxista es la teoría del valor. Una cosa es el valor de uso, que reside en la utilidad de una cosa para satisfacer una necesidad del hombre, y otra el valor de cambio, que se asienta en la posibilidad de cambiar una cosa por otra. El valor de cambio de una cosa reside en la fuerza, en la cantidad de trabajo incorporado en ella. Con la aparición de la moneda este valor de cambio se simboliza por el dinero. Ahora bien, el dinero puede servir también para comprar el mismo trabajo que es fuente de valor, entonces se convierte en capital. El aumento del valor que convierte al dinero en capital debe provenir de una mercancía especial que al comprarla y usarla cree valor. Esa mercancía especial es la "fuerza de trabajo" («en esta denominación se comprende el conjunto de facultades musculares e intelectuales que existen en el cuerpo de un hombre y que debe poner en actividad para producir cosas útiles»). Además es necesario que, para que el capitalista encuentre fuerza de trabajo que comprar, existan hombres que, por no poseer otro medio de subsistencia, se vean obligados a vender su fuerza de trabajo como una mercancía. El capitalismo es, entonces, un sistema económico asentado en la plusvalía: el capital aumenta por efecto del trabajo. El capitalista compra el trabajo del obrero como una mercancía; lo utiliza a su arbitrio y sólo deja para el obrero el salario necesario para sobrevivir. La plusvalía es la cantidad de trabajo que no se restituye en forma de salario al obrero y que constituye el beneficio del capital.
9- «El
creciente empleo de las máquinas y la división del trabajo
quitan al trabajo del proletario todo carácter propio y le hacen
perder con ello todo atractivo para el obrero. Éste se convierte
en simple apéndice de la máquina, y sólo se le exigen
las operaciones más sencillas, más monótonas y de
más fácil aprendizaje. Por tanto, lo que cuesta hoy día
el obrero se reduce poco más o menos a los medios de subsistencia
indispensables para vivir y para perpetuar su linaje. Pero el precio de
todo trabajo, como el de toda mercancía, es igual a los gastos
de producción. Por consiguiente, cuanto más fastidioso resulta
el trabajo, más bajan los salarios. Más aún, cuanto
más se desenvuelven la maquinaria y la división del trabajo,
más aumenta la cantidad de trabajo bien mediante la prolongación
de la jornada, bien por el aumento del trabajo exigido en un tiempo dado,
la aceleración del movimiento de las máquinas, etc.
10- «La condición esencial de la existencia y de la dominación de la clase burguesa es la acumulación de la riqueza en manos particulares, la formación y el acrecentamiento del capital. La condición de existencia del capital es el trabajo asalariado. El trabajo asalariado descansa exclusivamente sobre la competencia de los obreros entre sí. El progreso de la industria, del que la burguesía, incapaz de oponérsele, es agente involuntario, sustituye el aislamiento de los obreros, resultante de la competencia, por su unión revolucionaria mediante la asociación. Así, el desarrollo de la gran industria socava bajo los pies de la burguesía las bases sobre las que ésta produce y se apropia de lo producido. La burguesía produce, ante todo, sus propios sepultureros. Su hundimiento y la victoria del proletariado son igualmente inevitables». (Manifiesto del Partido Comunista, I)
11- «El
primer paso de la revolución obrera es la elevación del
proletariado a clase dominante, la conquista de la democracia. El proletariado
se valdrá de su dominación política para ir arrancando
gradualmente a la burguesía todo el capital, para centralizar todos
los instrumentos de producción en manos del Estado, es decir, del
proletariado organizado como clase dominante, y para aumentar con la mayor
rapidez posible la suma de las fuerzas productivas.
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