P L A T Ó N
 

1- Rectifica los errores conteidos en la siguiente explicación:

La retórica de los sofistas, como arte de vencer con las palabras, resulta por completo inservible como método de la filosofía. La auténtica tarea de ésta comienza por mostrar que no existe un baremo universal y obligatorio para el pensar y el actuar. En este punto, Platón continúa la obra de Sócrates. Pero Platón va más allá que su maestro: en el lugar del "sólo sé que no sé nada" socrático, plantea él la doctrina de que en la Ideas eternas está la base para aceptar el relativismo. Esta doctrina de la Ideas eternas y cambiantes supone, asimismo, un rechazo de la afirmación heracliteana -recogida también por la sofística- de que todo fluye y nada permanece. Esa inestabilidad de lo real, del objeto de nuestro conocimiento, posibilitaría la verdad.

2- «Que hay muchas cosas bellas, muchas buenas, y así, con cada multiplicidad, decimos que existe y la distinguimos con el lenguaje. (...) También afirmamos que hay algo Bello en sí y Bueno en sí y, análogamente, respecto de todas aquellas cosas que postulábamos como múltiples; a la inversa, a su vez postulábamos cada multiplicidad como siendo una unidad, de acuerdo con una Idea única, y denominamos a cada una "lo que es". (...) Y de aquellas cosas decimos que son vistas pero no pensadas, mientras que, por su parte, las Ideas son pensadas, mas no vistas». (República, 507b)

  • ¿Qué título te parece más adecuado?
    La Idea de Belleza y las cosas bellas
    Opinión y ciencia
    La unidad de la Idea frente a la multiplicidad de cosas
    Hay pocas cosas buenas y bellas

3- «Bien sabes que los ojos cuando se los vuelve sobre objetos cuyos colores no están ya iluminados por la luz del día sino por el resplandor de la luna, ven débilmente, como si no tuvieran claridad en la vista. (...) Pero cuando el sol brilla sobre ellos, ven nítidamente, y parece como si estos mismos ojos tuvieran claridad. (...) Del mismo modo piensa así lo que corresponde al alma: cuando fija su mirada en objetos sobre los cuales brilla la verdad y lo que es, intelige, conoce y parece tener inteligencia; pero cuando se vuelve hacia lo sumergido en la oscuridad, que nace y perece, entonces opina y percibe débilmente con opiniones que la hacen ir de aquí para allá, y da la impresión de no tener inteligencia». (República, 508c)

  • Expón la comparación que hace Platón en el texto y explica el sentido de la expresión coloreada.

4- «Porque nunca el alma que no haya visto la verdad puede tomar figura humana. Conviene que, en efecto, el hombre se dé cuenta de lo que le dicen las ideas, yendo de muchas sensaciones a aquello que se concentra en el pensamiento. Esto es, por cierto, la reminiscencia de lo que vio, en otro tiempo, nuestra alma, cuando iba de camino con la divinidad, mirando desde lo alto a lo que ahora decimos que es, y alzando la cabeza a lo que es en realidad». (Fedro, 249b-c)

  • ¿Qué quiere decir que el conocimiento es reminiscencia y cómo lo justifica?

5- «Así que, como se ha dicho, toda alma de hombre por su propia naturaleza, ha visto a los seres verdaderos, o no habría llegado a ser el viviente que es. Pero el acordarse de ellos, por los de aquí, no es asunto fácil para todo el mundo (...). De la justicia, pues, y de la sensatez y de cuanto hay de valioso para las almas no queda resplandor alguno en las imitaciones de aquí abajo, y sólo con esfuerzo y a través de órganos poco claros les es dado a unos pocos, apoyándose en las imágenes, intuir el género de lo representado». (Fedro, 249e-250b)

  • Explica brevemente la idea principal del texto.

6- «Conocen, pues, los amantes del saber -dijo- que cuando la filosofía se hace cargo de su alma, está sencillamente encadenada y apresada dentro del cuerpo, y obligada a examinar la realidad a través de éste como a través de una prisión, y no ella por sí misma, sino dando vueltas en una total ignorancia, y advirtiendo que lo terrible del aprisionamiento es a causa del deseo, de tal modo que el propio encadenado puede ser colaborador de su estar aprisionado. Lo que digo es que entonces reconocen los amantes del saber que, al hacerse cargo la filosofía de su alma, que está en esa condición, la exhorta suavemente e intenta liberarla, mostrándole que el examen a través de los ojos está lleno de engaño, y de engaño también el de los oídos y el de todos los sentidos, persuadiéndola a prescindir de ellos en cuanto no le sean de uso forzoso, aconsejándole que se concentre consigo misma y se recoja, y que no confíe en ninguna otra cosa, sino tan sólo en sí misma, en lo que ella por sí misma capte de lo real como algo que es en sí». (Fedón, 82e-83b)

  • Expón el argumento del texto y relaciónalo con el texto nº 5. Aclara la expresión coloreada.

7- «Pues si no es posible por medio del cuerpo conocer nada limpiamente, una de dos: o no es posible adquirir nunca el saber, o sólo muertos. Porque entonces el alma estará consigo misma separada del cuerpo, pero antes no. Y mientras vivimos, como ahora, según parece, estaremos más cerca del saber en la medida en que no tratemos ni nos asociemos con el cuerpo, a no ser en la estricta necesidad, y no nos contaminemos de la naturaleza suya, sino que nos purifiquemos de él, hasta que la divinidad misma nos libere. Y así, cuando nos desprendamos de la insensatez del cuerpo, según lo probable estaremos en compañía de lo semejante y conoceremos por nosotros mismos todo lo puro, que eso es seguramente lo verdadero. Pues al que no esté puro me temo que no le es lícito captar lo puro». (Fedón, 66e-67b)

  • ¿Cuál es la postura del filósofo ante la muerte? Justifica la respuesta.

8- Busca las semejanzas con Platón que encuentres en estos textos:

(A) «Quien aparta sus sentidos de los objetos sensibles, como hace la tortuga cuando contrae enteramente sus miembros (dentro de su caparazón), posee la ciencia espiritual. (...) El apego a los objetos sensibles nace en el hombre mientras en ellos medita; del apego se origina el deseo; del deseo se engendra la pasión desordenada; la pasión desordenada es causa del error; el error perturba la memoria; perturbada la memoria, se destruye la razón; destruida la razón perece el hombre. Pero quien bien dispuesto, dominados los sentidos por la razón y exentos de amor y odio, se dirige a los objetos de los sentidos, logra la paz de su espíritu. (...) Aquél en quien entran todos los deseos, como los ríos en el mar, y que lleno de ellos permanece inmóvil y firme, obtiene la paz, pero no el que va en pos de los deseos. Quien privado de toda clase de ansiedades, obra desinteresadamente con modestia y sin egoísmo, consigue la paz». (Bhagavad-Gita, cap. II)

(B) «Al hombre le falta algo. A causa del pecado, se ha apartado del lugar en que podría y debería estar. Naturalmente, él puede pensar que, a través del pecado, ha caído simplemente en un camino secundario desde el cual puede verse todavía el camino recto, pero, en el fondo, sabe que las cosas son de otra manera. Él ha perdido ya la visión del camino recto. Se ha extraviado en una espesura que sus ojos no pueden penetrar; y tampoco puede hallar el camino mediante la simple reflexión; ni sabe como utilizar las fuerzas que le quedan de la manera más conveniente posible. Para ello necesita de la gracia y, por consiguiente, debe ante todo adoptar una actitud de conformidad. Debe soltar su propio lastre, a fin de que la gracia incline el otro platillo de la balanza. Debe vaciarse de sí mismo -ésta es la única conclusión correcta que se deriva del conocimiento de su nihilidad- a fin de que la gracia pueda irrumpir libremente en él». (Adrienne von Speyr [mística cristiana, 1902-1967], El hombre ante Dios, cap. I)